Director de proyectos: facilita lo complejo
El más sencillo concepto teórico nos indica que un Project Manager, también conocido como gerente, líder, encargado o gestor de proyectos tiene en sus manos la tarea de conducir un proyecto a buen término, coordinando los equipos de trabajo con una interpretación precisa de las necesidades en cada una de las fases.
En la práctica, este cargo conlleva una tremenda responsabilidad, ya que la utilización acertada de los recursos económicos de los inversionistas de una obra dependen del nivel de planificación y análisis previos a su ejecución. A su vez, dichos recursos sólo pueden ser definidos a partir de la proyección previa que realiza el Gestor de Proyectos, contabilizando al detalle cada uno de los recursos materiales y humanos que se requieren en la construcción de una obra.
Fortalezas de un Project Manager
El éxito de un proyecto se debe fundamentalmente a la experiencia, el enfoque y el tiempo que invierte un Gerente de Proyectos en visualizar las necesidades particulares de cada obra; hoy en día se cuenta con la ventaja de múltiples ámbitos de capacitación en la materia, sin embargo, quien aspire a ejercer esta labor con éxito debe poseer ciertas habilidades, indispensables para el airoso desempeño de sus actividades.
Habilidades personales:
· Manejo del liderazgo, poder convocar acuerdos con el uso de la palabra eficaz.
· Fluidez y seguridad en la comunicación; debe estar capacitado, no solo en las técnicas organizativas sino en la precisión para transmitir sus ideas.
· Habilidad de negociación, considerando el trato con personas de diferentes competencias, con ideas e intereses particulares.
· Un nivel de energía positiva para la motivación del equipo en afrontar los desafíos que se presenten.
· Visión de enfoque global e integral, lo cual permitirá el avance del proyecto de la manera más uniforme posible.
· Capacidad de abstracción sobre lo que está sucediendo, poder mirar desde afuera el conjunto, no sólo desde el punto de vista técnico sino humano.
Habilidades directivas:
· Dominar las técnicas de gestión de un proyecto; esto requiere grandes competencias organizativas.
· Estar íntimamente familiarizado con los procesos directivos; esta habilidad es común en la ejecución de proyectos de diversa índole.
· Conocer en profundidad el manejo de presupuestos y cronogramas para controlar el día a día del proceso y sus imponderables.
· Manejar con asertividad la gestión del equipo de recursos humanos; exactitud en la escogencia de un personal que reúna las capacidades técnicas y habilidades para interpretar las exigencias requeridas.
· Ejercer con fluidez las comunicaciones para lograr que el equipo trabaje como una maquinaria coherente en función del logro.
· Analizar con pulcritud la gestión de adquisiciones, para resguardar y administrar eficientemente la inversión pautada.
· Poseer acertada visión en el diagnóstico de riesgos, lo cual está íntimamente relacionado con la prevención ante cualquier circunstancia adversa.
¿Cuáles son las tareas de un Project Manager?
Un buen Gestor de Proyectos es el responable del diseño, diagnóstico, evaluación y ejecución de una obra hasta cumplir la meta exitosamente. Sus objetivos están cuidadosamente demarcados, así como las tareas necesarias para lograrlos:
En primer lugar, se encarga de presentar la idea al cliente; este anteproyecto ya tiene una estimación interna de costos y tiempos de culminación.
Una vez aprobado el proyecto, se encarga de crear un cronograma gráfico para las presentaciones ejecutivas en el que se definen tanto los costos materiales del proyecto como las tasas por hora de cada uno de los recursos humanos, tanto en el área administrativa como operativa; también se desglosa y asigna el valor monetario por cada tarea, para el cálculo definitivo de costos.
Se realiza la creación de la línea base, la cual permite hacer un seguimiento constante a los procesos y compararlo con el plan inicial. Asimismo, se levanta la tabla de índices de rendimiento para evaluar si el proyecto marcha de la manera como estaba planificado.
En base a estas herramientas técnicas, un Gerente de Proyectos es capaz de definir las metas y hacer seguimiento periódico al proyecto para tomar medidas de ajuste, para ello se vale de sus capacidades de comunicación entre los equipos de trabajo y emplea sus recursos de negociación, a fin de establecer acuerdos de mutuo interés.
Una de las tareas más delicadas del Gestor de Proyectos, es la concerniente al control de daños, al momento de presentarse un imponderable que comprometa el cronograma establecido; en este punto debe aplicar con solvencia las medidas ya puestas sobre el papel para maniobrar eficientemente y poder continuar con la obra sin que la situación afecte el proyecto de manera severa.
La Gerencia de Proyectos debe su éxito tanto a la sólida formación del Project Manager como a la experiencia que adquiere solventando situaciones de diversa índole.